miércoles, marzo 21, 2012

Pendiente, un sistema de defensa aérea
21 Mar 2012
por Jorge Alejandro Medellín
 
Al principio del sexenio, México pretendía adquirir un sistema de defensa aéreo “para contrarrestar amenazas regionales latentes”, pero no hubo condiciones.
 
En los primeros tres años del actual sexenio, el general Guillermo Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y sus asesores, se vieron obligados a cambiar drásticamente su pretensión de hacerse de una flotilla de 12 aviones caza F-16 para defensa estratégica, cinco aeronaves Hércules C-130 H para transporte militar y sobre todo de “un sistema de defensa aérea independiente en el sureste del país” para contrarrestar amenazas regionales latentes, según lo señalado a legisladores federales en 2007 por el alto mando.
En dos reuniones con senadores y diputados federales sostenidas hace casi cinco años, el general Galván presentó el documento Panorama General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, un informe demoledor en el que se plasmó el futuro incierto —en el corto plazo— del Ejército y Fuerza Aérea si los legisladores no aprobaban un mega presupuesto de 30 mil 462 millones de pesos adicionales al presupuesto del 2008 (que fue de 34 mil 861 millones 005 mil 900 pesos).
Con esta cantidad se comenzaría a reactivar a las Fuerzas Armadas mexicanas, proporcionando un “desarrollo armónico, gradual e integral… en un horizonte de 25 a 30 años”, señalaba el documento en sus últimas páginas.