sábado, octubre 11, 2014


Marchan #YoSoy26 a Los Pinos; piden mesa de diálogo
Jorge Alejandro Medellín

La renuncia del general Cienfuegos a la Sedena, un régimen especial de derechos humanos para los militares y no ser juzgados por civiles, entre las exigencias de los inconformes.

 Integrantes del movimiento #YoSoy26, creado en defensa de los militares acusados por el asesinato de 22 civiles en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, marcharon este sábado desde el Zócalo hacia la residencia oficial de Los Pinos, para exigirle al gobierno federal una mesa de diálogo y respeto a los derechos humanos de los soldados.

La marcha, convocada por la abogada Ana Lucía Zavala Rodríguez, presidenta de la Organización Humanistas Por el Progreso Social (OHPS), reunió a 146 personas y fue apoyada por la Fundación Gutiérrez Rebollo, creada por el abogado penalista César Gutiérrez Priego, hijo del general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien estuvo al frente del grupo.

Otras organizaciones como la Federación de Militares Retirados “General Francisco J. Múgica, A.C.”, dirigida por el general retirado Samuel Lara Villa, anunciaron su adhesión a la marcha, pero en el último momento declinaron participar.

La cita para iniciar la marcha fue a las once de la mañana, frente a la Catedral Metropolitana. Allí llegaron dos micros de la Ruta 76 en los que iba el grueso de los integrantes y adherentes a la marcha. Los micros llevaban sendas mantas a los costados en las que se mostraban fotos del presidente Enrique Peña Nieto y del secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos Zepeda.

Las mantas llamaban Traidores a la Patria a Peña Nieto y a Cienfuegos, y los acusaban de construir sus casas con dinero de los soldados, tener en el descuido los hospitales militares y no destinar recursos a familias de soldados caídos en lucha contra el narco.

Esto contravino el anuncio de la organizadora Ana Lucía Zavala, quien días antes aseguró que no habría mantas o consignas  letreros ofensivos o en los que se pidiera la renuncia de alguien. No fue así.

Junto a los camiones, un auto compacto llevaba un sistema de altavoces en el que se escuchaban algunos de los 25 puntos de un  manifiesto repartido a reporteros y a simpatizantes de la marcha.

El contingente salió del Zócalo a las 12:30 por la calle 5 de Mayo, para tomar después Avenida Juárez y luego Reforma hacia Auditorio Nacional. Porras adecuadas para rimar con el término “militar” o militares” o “26”, eran cantadas por un contingente integrado en su gran mayoría por mujeres.

El Himno Nacional fue entonado al menos una veinte veces en todo el trayecto, en el que el auto compacto no dejó de repetir en desde las bocinas montadas en su techo, el mensaje grabado exigiendo la renuncia del general Cienfuegos, que los militares no sean juzgados por civiles, que se cree un régimen especial de derechos humanos para los militares, mejores prestaciones de vivienda, estímulos económicos para los militares que pelean contra el narco, así como tratamiento psicológico y becas completas para los hijos de militares caídos en combate a las drogas.

El contingente estuvo encabezado por los abogados Ana Lucía Zavala y César Gutiérrez Priego, a quienes acompañaron Bertha Martínez Ledezma, hija del general Ricardo Martínez Perea.

La marcha #YoSoy26 llegó a la calzada Chivatito casi a las 3 de la tarde. Allí, un grupo de granaderos de la policía capitalina les cerró el paso a Los Pinos.

César Gutiérrez y la abogada Zavala entregaron un pliego de 11 puntos a personal de la Presidencia de la República, destacando la exigencia de establecer una mesa de diálogo y acercamiento para revisar casos particulares y para obtener garantías de que el personal militar recibirá un juicio justo en el caso de la masacre de Tlatlaya, en el que ya hay un teniente, un subteniente seis de tropa consignados por los hechos ocurridos el 30 de junio pasado.

César Gutiérrez dijo que si la respuesta de Los Pinos es satisfactoria, “no tendremos necesidad de hacer otra marcha como esta”.