miércoles, abril 08, 2015

Columna FRAGATA, en el blog Estado Mayor

México, 3 de abril.- En abril de 2007, un estudio de la Cámara de Diputados sobre la participación, de México en Operaciones de Mantenimiento de la Paz advertía que en la nueva etapa de dichas misiones, la imposición de la paz era inadmisible para los lineamientos de la política exterior mexicana.
“Actualmente México no ha mostrado mayor interés por seguir apoyando a las
OMPs, debido, como ya se mencionó, a la tendencia de las mismas a imponer la paz en los Estados”, señalaba.

El envío de tropas mexicanas (soldados y marinos) al exterior para cumplir misiones de mantenimiento de la paz (no de imposición de la paz) en escenarios conflictivos, es un asunto que tardará años en darse. No ocurrirá en el corto o el mediano plazo. Ni siquiera en este sexenio.

La integración plena a este tipo de misiones internacionales tomará varios años, el tiempo necesario para preparar a decenas de oficiales y a personal policiaco y civil, además de reconstruir y fortalecer la quebradiza diplomacia mexicana, lo que obligará a redefinir la naturaleza de eventuales despliegues militares nacionales en otros puntos del planeta.

Hoy, México cuenta con cuatro oficiales habilitados para asistir como observadores en dos misiones definidas por la ONU. La primera es la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH, iniciada en abril de 2004), a la que asistirán un Capitán de Corbeta especializado en telecomunicaciones, y un Mayor de Infantería.

Esto dos oficiales partirán de México a finales de abril de este año. La segunda es la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO, iniciada en abril de 1991), a la que acudirán el septiembre un Capitán de Corbeta y un Capitán Primero de Infantería,  “quienes han sido capacitados para desarrollar funciones de observación mediante cursos certificados por la Organización de las Naciones Unidas, así como para desarrollar tareas de índole humanitaria”, indicó la Marina en un comunicado.

Los cuatro oficiales, que van como observadores y por ello lo harán como Boinas Azules,  permanecerán en sus misiones durante un año.

El tema es muy delicado porque no solo incluye aspectos de alta diplomacia; se requiere también de contactos y de intercambio de experiencias e información, de apertura y revisión periódica, transparente, sobre lo que se hace en México en materia de derechos humanos, de promoción a la cultura del respeto de las garantías individuales y de la aceptación a las críticas y llamados de atención cuando la actuación del Estado mexicano exceda límites y caiga en el abuso.

Esto último es algo que el Estado Mexicano bajo la conducción de priismo, no está dispuesto a hacer (como no lo estuvo tampoco el Estado en la era panista).

Del lastre del aislamiento diplomático de México y su consecuente atraso en este terreno estaban conscientes los integrantes de la LX Legislatura, que en abril de 2007 ordenaron al Servicio de Investigación y Análisis Centro del Documentación, Información y Análisis de la Cámara de
Diputados elaborar el informe México y las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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