Errores y fracasos
Una sola frase, un concepto preciso vertido en el momento, en el lugar y ante la persona indicada hacen la diferencia, derrumban mitos, aclaran realidades y exponen las confrontaciones de final de sexenio, los límites para enfrentar un fenómeno como el narcotráfico y el fracaso del intento.
En noviembre de 2009, en el segundo año de gobierno de Felipe Calderon, el coordinador general de Inteligencia ara la Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), Luis Cárdenas Palomino, fue contundente cuando señaló que el narcotráfico y los delitos ligados a este fenómeno crecieron en México debido a la ausencia, ineficacia o complicidad de las instituciones del Estado para darle a sus ciudadanos los satisfactores esenciales para vivir y desarrollarse.
El análisis de Cárdenas Palomino fue preciso y dejó fríos a los estrategas civiles y militares del presidente Calderón que en 2009 veían venir la parte más aguda y cruda de la guerra contra el narcotráfico, con la duplicación en la cifra de personas asesinadas en el contexto de la ofensiva gubernamental y la contraofensiva de los cárteles.
En su intervención en el Congreso Nacional“Ciudadanía y Medios: Acción Conjunta”, el funcionario federal reconocía que a aquellos mexicanos que se han sumado a las filas del crimen organizado, los grupos delincuenciales les ofrecen una dignidad que la sociedad y las autoridades no hacen.
“Les han ofrecido trabajo y oportunidades y un sentido de identidad que la sociedad no les ha podido dar; les han ofrecido una dignidad que nosotros al bolero, a la gente tampoco se la dimos, les han ofrecido algo que es lo más delicado: la oportunidad de una revancha social que es verdaderamente algo grave”.
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