sábado, diciembre 01, 2012





Asume Cienfuegos el mando en Sedena; Galván se despide
Jorge Alejandro Medellín

Con el frío de la madrugada y ante más de mil 400 militares de diversas armas y servicios, el general de División Salvador Cienfuegos Zepeda tomó posesión como nuevo secretario de la Defensa Nacional (Sedena) en la Plaza de la Lealtad, de esa dependencia, en donde se comprometió a cumplir con las misiones encomendadas por el presidente Enrique Peña Nieto “con estricto respeto al estado de derecho y a las garantías individuales”.

Ante 134 generales, mandos y cadetes desplegados en la plaza, Cienfuegos dio sus primeras órdenes y dijo sus primeras palabras como nuevo titular de la Defensa Nacional, asegurando que las tropas y jefes a su mando desde hoy, acatarán en todo momento las órdenes y disposiciones del presidente Enrique Peña Nieto, con una misión fundamental: “darle seguridad y tranquilidad a la población”.

Minutos antes, en Palacio Nacional, el militar, ya como parte del gabinete legal de Peña Nieto, atestiguaba la ceremonia de cambio de poderes presidenciales para luego trasladarse en el helicóptero Black Hawk DN-01 a las instalaciones de la Quinta Galeana (la residencia del titular de la Sedena en turno) en donde lo esperaba el general Guillermo Galván, ahora ex secretario de la Defensa.

A las 12:50 de la madrugada, en dos camionetas escoltadas por personal militar vestido de civil, los generales Cienfuegos y Galván llegaban a la explanada de la Sedena en donde una estatua de bronce de un águila devorando a una serpiente era flanqueada por 1,338 soldados, cadetes, policías militares, fuerzas especiales, paracaidistas y personal de infantería y enfermería preparados para atestiguar el cambio de mando.

Galván y Cienfuegos caminaron desde un costado de la plaza hacia la plataforma en la que ya estaban acomodados en sillas blancas los familiares de los mandos salientes. Sonrientes y saludando a los jefes y a las tropas, los generales eran iluminados por decenas de flashazos mientras las luces de colores verde, blanco y rojo brotaban de las fuentes que rodeaban al águila de seis metros que quedó frente al nuevo DN-01.

A las 12:53, el general de Brigada Gabriel García Rincón, jefe de la Sección Primera (Recursos Humanos) de la Sedena, leía el decreto presidencial por el cual el mandatario entrante Enrique Peña Nieto le confería al general Cienfuegos Zepeda el cargo de secretario de la Defensa Nacional con base en el Artículo 89, Sección II, de la Constitución del país.

A continuación, fue leída a todo el personal militar la Orden Extraordinaria para reconocer la labor del general Galván durante su administración, destacando su afán por mejorar la calidad de vida de los militares, por hacer más eficiente la operatividad de las tropas y elevar las relaciones cívico-militares.

El nuevo secretario de la Defensa tomó la palabra para fijar a grandes rasgos lo que será la encomienda de las tropas de tierra y aire durante su gestión. Antes de pronunciar un breve discurso, el general Cienfuegos pidió la presencia a su lado de los integrantes de la Plana Mayor saliente.

El general Cienfuegos dio la orden de conservar el primer tiempo del saludo y entonces acompañó a Galván y a su esposa para que abordaran una camioneta no oficial, sin matrícula militar. Los abrazos marcaron la despedida. A la 01:05, Cienfuegos regresaba solo al templete para hablar ya como secretario de la Defensa de Enrique Peña.

El general Cienfuegos se dijo satisfecho por ver coronados sus esfuerzos de llegar al máximo cargo en la Sedena y reconoció la labor y el sacrificio de los militares desplegados en todo el territorio nacional.

Dijo que la continuidad es un signo de madurez y desarrollo y adelantó que esta dinámica será respetada y llevada adelante en su administración para cumplir sus misiones generales y para continuar el desarrollo de las fuerzas armadas.

Cienfuegos señaló que el  presidente Enrique Peña Nieto “demanda de todos nosotros la entrega y profesionalismo que nos reconoce para respaldar su proyecto de gobierno”.

A él, agregó, “debemos lealtad, obediencia y respeto; acataremos cabalmente las directivas que emita para que la población pueda desarrollar sus actividades productivas a plenitud, en un ambiente de seguridad y confianza”.

Hacerlo,  “demandará un estricto respeto al estado de derecho y a las garantías individuales”, anticipó el general. El compromiso de los militares sólo puede ser demostrado con trabajo y resultados, agregó.

Poco antes de la 01:15 de la madrugada, Cienfuegos recibió la salutación de los 134 generales y mandos territoriales que lo acompañaron en la ceremonia. Luego saludó a los familiares de los generales y acompañado por su esposa caminó hacia la salida a la Quinta Galeana, en donde los esperaban tres camionetas con escoltas.