

En esta foto se ve la manera en que fue acomodado otro de los sicarios junto al primero, como si hubieran resistido juntos el ataque de los infantes de Marina.


Uno de los elementos de Marina vestido de civil comenzando a montar la escena en la que finalmente Beltrán Leyva aparece tapizado de billetes, escapularios, imágenes de santería y algunas joyas extraídas de los cajones de su habitación.

JORGE ALEJANDRO MEDELLÍN
El montaje hecho por infantes de marina vestidos de civil para presentar el cuerpo de Arturo Beltrán Leyva rodeado de dólares y billetes mexicanos, así como de escapularios y objetos de santería ha desatado una ola de críticas dentro y fuera de México.
Algunos señalamientos critican la falta de ética de los medios impresos y digitales que decidieron publicar las imágenes (algunas tomadas por fotógrafos de prensa y otras por la Marina).
Otros señalamientos se muestran favorables a la publicación por considerar que se trata de un suceso muy relevante y que debe ser ejemplo para que los narcos los piensen dos veces antes de continuar con sus actividades.
Quienes están a favor de la difusión de las imágenes consideran que éstas deben ser difundidas, no solo por la muerte violenta del tercer capo más buscado del país, sino sobre todo porque precisamente detrás del operartivo parecería haber un mensaje de fondo a manera de escarmiento y advertencia para los demás cárteles, capos, operadores y sicarios que está en la mira del gobierno mexicano.
Otro sector de la opinión pública y de los medios de comunicación considera que la secuencia fotográfica en la que se ve a al menos dos marinos vestidos de civil acomodando el cuerpo y colocándole billetes americanos y mexicanos , imágenes de santería y escapularios, constituye en sí misma una evidencia contundente para demostrar los excesos de la Armada de México (por lo menos de quienes dirigieron el operativo que acabó con la vida de Arturo Beltrán) y que dicha institución no estará libre de las mismas situaciones de abuso que le han valido a la SEDENA severas críticas y acusaciones dentro y fuera del país y Recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En cualquier caso, lo cierto es que los elementos de la Armada de México no sólo montaron una escena para exhibir a Arturo Beltrán Leyva y a sus sicarios, sino que además alteraron abiertamente el lugar de los hechos sin respetar los lineamientos forenses mínimos para que el Ministerio Públco Federal pudiera recabar datos adicionales en el sitio del enfrentamiento.