domingo, octubre 02, 2011

¿Paramilitares o narcoescuadrones?

Las autoridades niegan la existencia de paramilitares en el país: “Son sicarios de los cárteles”, insisten, pero Los Matazetas en Veracruz y el Grupo Rudo en Monterrey provocan dudas, desconfianza y confusión.En un video que circula por internet desde el 25 de septiembre un grupo armado se dio a conocer como <em>Los Matazetas</em>En un video que circula por internet desde el 25 de septiembre un grupo armado se dio a conocer como Los Matazetas Foto: Cuartoscuro

     Desde el mes de agosto de 2010 el gobierno de Felipe Calderón había negado una y otra vez la existencia de grupos paramilitares dedicados a combatir y exterminar a integrantes de los cárteles de la droga. Incluso el secretario de Gobernación, Francisco Blake, eludió calificar como paramilitares a los autodenominados Matazetas que aparecieron en internet, e informó que se abrió en la Procuraduría General de la República (PGR) un expediente para investigar el caso.
     Pero para el senador del Partido del Trabajo (PT) y ex gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, la presencia de grupos paramilitares no es nueva. Tiene años y no es exclusiva de este sexenio, dice en entrevista con M Semanal quien desde hace más de tres meses reinició una investigación a escala federal para documentar el fenómeno del paramilitarismo y la presencia de estos grupos en entidades como Sinaloa, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Veracruz.
     Sin embargo, a Monreal lo refuta el especialista en seguridad nacional Raúl Benítez Manaut, fundador del Colectivo de Análisis por la Seguridad con Democracia (Casede) y ponente desde hace varios años en el Colegio de Defensa Nacional (CDN) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav) de la Secretaría de Marina (Semar), además de catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien asegura que “es una irresponsabilidad calificar como paramilitares a grupos de sicarios dedicados a eliminar a otros sicarios”.
     No hay tal fenómeno de paramilitarismo en México, señala Benítez al referirse a la aparición de Los Matazetas: “Lo que sí tenemos es una utilización muy cuidadosa de los medios de comunicación y de las redes sociales por parte de estos grupos criminales, que logran un impacto mediático muy estudiado; pero de ahí a decir que estamos ante el fenómeno del paramilitarismo, no hay tal”.
     Porque los grupos paramilitares son los que están vinculados al Estado a pesar de dedicarse a actividades criminales, actuando en forma encubierta al operar con métodos al margen de la ley. Es el caso de los Escuadrones de la muerte en Guatemala, El Salvador o en Colombia. Los Matazetas no serían por tanto un grupo paramilitar, sino “un escuadrón de sicarios del cártel de Sinaloa bajo la orden de atacar a Los Zetas”, sostiene Benítez Manaut. Usar la palabra “paramilitares” es descontextualizar las cosas, dice. “Lo verdaderamente delicado es que esta gente sí muestra una estrategia y además sabe usar los recursos tecnológicos para causar impacto sin necesidad de actuar todo el tiempo”, añade.
LAS PRUEBAS
     Sin embargo, el asesinato de al menos 35 personas presuntamente ligadas a Los Zetas ocurrida el pasado 20 de septiembre en Veracruz, es una prueba más de la existencia de grupos paramilitares, insiste Monreal, quien sigue adelante con su investigación en la que ha solicitado informes directos a la Sedena, la Semar, la PGR, la Policía Federal (PF) y al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) para tener un panorama completo de este fenómeno.
     El pasado martes 27 de septiembre Monreal le entregó a la canciller Patricia Espinosa un documento en el que le solicita información detallada y actualizada para saber cuántos mercenarios han ingresado a México en los últimos años, ya sea de manera individual o en grupo, o para trabajar para alguna empresa de seguridad.
     “Ésa es, en estos momentos, la fase en la que estamos en la investigación, porque también hay elementos para señalar que ex militares, gente que ha peleado en otros países, han estado aquí como instructores o en funciones de adiestramiento, y queremos saber cuándo y en dónde”, explica.
     En cuanto a las Fuerzas Armadas mexicanas, el legislador dice que el fenómeno de la deserción de militares y marinos es un tema fundamental para avanzar en la investigación, porque con ello se podría explicar una parte muy importante del paramilitarismo, que se nutre en buena medida de desertores.
     Pero el Quinto Informe de Labores de la Sedena señala que medidas como el cambio de adscripción por tratamiento médico y el otorgamiento de licencias por el matrimonio entre militares son factores que han permitido reducir sustancialmente el fenómeno de la deserción entre la tropa.
     “Con las medidas descritas, se permitió fortalecer e incrementar la moral y el espíritu de cuerpo del personal que integra el instituto armado, y se contribuye a consolidar su sentido de identidad, lo cual se demuestra con la disminución del índice de deserción, donde el promedio anual de desertores en la pasada administración era de 17 mil 859 casos; lo que comparado con los dos mil 929 casos ocurridos en 2011 representa un decremento superior al 83 por ciento”, indica el documento.