jueves, julio 23, 2015


Fragata
México, 22 de julio.- En medio de la crisis estructural que cimbra al país y le causa más grietas al Estado, la Marina no podía quedarse afuera. La fuga de Joaquín Guzmán Loera es ahora el motivo de motivos para que desde Washington el ala dura de los republicanos le cargue la mano a sus muy cooperativos y permisivos primos navales de México.
Lo revelado –con sus reservas– por el semanario Proceso acerca la supuesta no gloriosaparticipación de Fuerzas Especiales (el Grupo de Operaciones Especiales-GOES, de la 1ª Compañía de Infantería de Marina) es delicado y muy grave.
Revelaría no solo una bien armada (sic) cadena de mentiras de todo tipo y nivel, sino también un extendido montaje mediático que empieza, por supuesto, con el Comandante Supremo de las fuerzas armadas mexicanas y continua (otra vez) con su secretario de Gobernación; Miguel Ángel Osorio Chong, y se extendería hasta  el secretario de Marina, el almirante Vidal Francisco SoberónSanz, hasta llegar a una cadena de mandos navales de menor calado y poca importancia, para terminar en la PGR que encabezaba Jesús Murillo Karam.
El problema es que a la Marina de Soberón no le interesa el tema. No está a la altura de sus miras y por ello no van a responderle nada -ni para bien ni para mal- al semanario Proceso ni a la DEA, ni al US Marshals Service, cuyos voceros abrieron la boca para reventarle en la cara a la Armada de México la verdad sospechosa de la portentosa captura del Chapo Guzmán en el condominio Miramar la mañana del 22 de febrero del 2014 en Mazatlán, Sinaloa.