martes, abril 26, 2016


Tlatlaya y Ayotzinapa, criterios fantasma

Se defiende la actuación militar en lo que va del sexenio.
Mientras la Sedena busca afanosamente en otras latitudes el aval extranjero para difundir y justificar sus acciones en materia de respeto a los derechos humanos, en casa mantiene su postura de cerrazón y transparencia informativa sesgada a partir de un marco jurídico limitado, insuficiente.
 Los temas en los que el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos no ceden un ápice son los mismos que desde hace meses tienen a la baja a militares y marinos en los niveles de confianza de los mexicanos.
 El respeto y la protección de los derechos humanos de la población civil siguen como asuntos pendientes, peligrosamente vivos y sin visos de solución en el andar mediático de este gobierno. La Sedena publicó en su revista electrónica del mes de julio de este año el artículo Acciones en la presente administración mexicana en materia de Derechos Humanos, firmado por el Mayor de Justicia Militar de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) Rogelio Gutiérrez González, quien trabaja en la Dirección General de Derechos Humanos de la Sedena.

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