Golpes bajos y doble discurso en Sedena y Marina
Jorge Alejandro MedellínDecember 7, 2010
— 12:00 am
1.- La información sobre las fuerzas armadas mexicanas revelada por el sitio Wikileaks, en el contexto del combate al narcotráfico, no es nueva. Ha sido documentada ampliamente por diversos medios de comunicación y por columnistas, y permite explorar aspectos delicados en torno a la visión y posibles escenarios que la Casa Blanca tiene acerca de México en relación con fenómenos como el de la inseguridad, el crimen organizado, el tráfico de drogas y la inestabilidad de su vecino del sur.
2.- Las pugnas entre el Ejército (incluida la Fuerza Aérea) son históricas y han segmentado no solo la lucha contra el narcotráfico, sino también el propio desarrollo y evolución de marinos y militares en la historia reciente del país.
3.- Los militares se ufanan de ser puntal y cimiento del moderno Estado mexicano y de muchas de sus instituciones fundamentales, comenzando por la presidencial. Se enorgullecen de un nacionalismo a ultranza que con las décadas los aisló, apropiadamente, del mundo castrense, de sus avances y capacidades a nivel planetario.
Los militares explican esta decisión mediante ejemplos históricos para ellos incontrovertibles, destacando la vecindad con los Estados Unidos, la potencia militar, económica, tecnológica y política de nuestra era (geografía es destino, según los clásicos) como factor decisivo en materia de defensa nacional.
En la historia imperialista de los Estados Unidos y sus embates contra México radica la esencia de la molestia, de la preocupación y amenaza constante de los vecinos del norte hacia los que vivimos abajo del Rio Bravo, sostienen los militares mexicanos como uno de los aspectos neurálgicos de su doctrina y razón de existir.
Si lo anterior es cierto, también lo son la conveniencia y acomodaticia condición de vecinos acechados asumida por la Sedena –y en menor medida por la Marina– y los gobiernos priistas para justificar la cerrazón, la desconfianza, el autoritarismo y la vigencia de una dictadura perfecta.