jueves, marzo 10, 2011

Los generales tenían razón
Jorge Alejandro Medellín
March 10, 2011
— 1:02 am
1.- El affaire Fast and Furious orquestado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos a través de la Agencia para el Control de Tabaco, Alcohol y Armas de Fuego (ATF), es útil para confirmar la doble cara de la Casa Banca y del Pentágono en materia de combate antidrogas y colaboración a toda prueba, a fondo, para que México salga adelante del problema del narco.

2.- El asunto, que en realidad apenas comienza a conocerse, demuestra que en el fondo las políticas de México y Estados Unidos para atacar el narcotráfico como problema de seguridad y tema de salud pública, van por caminos muy diferentes que en ocasiones se superponen y se contrapuntean.

3.- El caso de la operación Fast and Furious es el ejemplo más reciente y sólido de ello. La actuación del Departamento de Justicia norteamericano y de la ATF se explica no solo por la enorme desconfianza de dicho organismo hacia sus pares mexicanas, sino por el estrecho margen para operar con el que cuentan las agencias estadunidenses en territorio mexicano. Esto ha creado un recelo inevitable en la relación bilateral encaminada a combatir a los cárteles de la droga.
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