jueves, julio 03, 2008

"Innovación" tecnológica inquieta al Pentágono.






Amenazan minisubmarinos del narco la seguridad regional: Comando Sur.

JORGE ALEJANDRO MEDELLIN

El Comando Sur de los Estados Unidos reconoció que en los últimos dos años se ha incrementado la actividad de los “semisumergibles” o minisubmarinos construidos por ingenieros navales contratados por narcotraficantes, transformándose en una verdadera amenaza a la seguridad de la región por las implicaciones que el fenómeno pueda tener con el terrorismo.

Las cifras de este trasiego de drogas por altamar proporcionadas por el Comando Sur hablan por sí solas: “el año pasado, entre las agencias y los socios internacionales se detuvieron en el mar aproximadamente 300 toneladas métricas de cocaína—una cantidad equivalente a 90 dosis de cocaína por cada estudiante de secundaria en Estados Unidos (18 millones de estudiantes)”, señala el Almirante James Stravidis, Comandante en Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos.
Sin embargo, reconoce, “a pesar de los esfuerzos extraordinarios que emanan del flujo de la cocaína de la región, los traficantes aún se las arreglaron para entregar cientos de toneladas métricas a los mercados globales vía medios marítimos. Este negocio de $250 mil millones de dólares…”
Las innovaciones de las que habla Stravidis se han cristalizado en forma exitosa mediante la construcción de minisubmarinos de 15 a 25 metros de longitud, con capacidad para movilizar hasta 10 toneladas de cocaína, navegar en slencio relativamente cerca de la costa y sobre todo sin ser detectados por radares avanzados y prácticamente invisibles a los ojos humanos en sobre vuelos rasantes o a mediana altura (entre50 y 200 metros).
Las consideraciones son ni más ni menos que del Jefe del Comando Sur, el Almirante James Stravidis, quien en un artículo titulado “Semi-Sumergibles; una amenaza emergente en las Américas”, de reciente publicación, revisa de manera breve el incremento en la actividad de los cárteles de la droga sudamericanos a partir de las innovaciones.
El Mando naval señala que “una misión importante del Comando Sur de Estados Unidos es ayudar a nuestros socios encargados de la ejecución de la ley a interceptar grandes envíos de drogas—principalmente cocaína—en la zona de tránsito entre la ribera andina de América del Sur y nuestro país. Gran parte del largo viaje de este cargamento es por mar”.
El Almirante Stravidis advierte que la actividad de los semi-sumergibles va en aumento y recuerda que “los traficantes a descartar esos modos, ellos sencillamente cambiaron a cientos de lanchas "rápidas" para apoyar el movimiento de su valiosa carga, a menudo intercalándose exitosamente con el tráfico local durante el apogeo de los botes recreativos”.
Stravidis precisa en e texto que “ahora hay un método nuevo—y es una innovación ingeniosa y eficaz”.
El último invento –dice- “parece ser submarinos de bajo perfil, relativamente pequeños (60 a 80 pies) y semi-sumergibles que se deslizan justo debajo de la superficie y transportan toneladas de cocaína. Después de haber visto unos cuantos en el 2006, ahora estamos encontrando docenas tanto en el mar y bajo construcción”.
El jefe del Comando Sur establece que “en cifras cada vez mayores, estas embarcaciones furtivas y parecidas a una cápsula, zarpan desde astilleros anidados en lo profundo de las junglas y ríos densos de la región de los Andes de América Latina”.
Aún más. Este tipo de naves son balanceadas cuidadosamente y están “bien camuflados; se mueven tan lento en el agua que son casi imposibles de detectar visualmente o por radar a cualquier distancia mayor de 3.000 yardas”.
Cargados a su capacidad con toneladas de drogas, hacen su recorrido consistentemente y por lo regular sin ser detectados a menos de diez nudos hacia sus puntos de entrega designados, depositando sus cargas útiles de dolor y muerte—materializándose en miles de muertes en EE.UU. —para el transporte subsiguiente a los mercados de consumo en el mundo, describe el militar estadunidense.
El jefe del Comando Sur de los Estados Unidos admite finalmente que es urgente “esforzarnos por modernizar la tecnología e invertir en sistemas que estén específicamente diseñados para contrarrestar los semi-sumergibles”.
Necesitamos poder detectar y vedar rápidamente este nuevo tipo de amenaza, tanto por sus efectos vigentes mediante el comercio de drogas y, más preocupante aún, por su potencia como arma en manos de los terroristas, añade Stravidis.
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