EL MILITARISMO EN LA VIDA DEL MEXICANO HASTA 1855.
Manuel Fernández de Velasco
A decir verdad el mexicano es aún un pueblo en formación, pues es un hecho innegable que entre nosotros el proceso de transformación de sangres continúa su evolución de un modo incesante y acelerado, modelándose también evolutivamente nuestro tipo psicológico nacional.
Somos un pueblo en gestación, más bien que un pueblo nuevo. No poseemos aún un tipo nacional. A menudo hemos querido simbolizar la patria en una virgen india.
Pero el mexicano no es indio, tampoco es español, a pesar de que el ayate lleva rosas de Castilla.
Luego nuestra tendencia étnica se dirige hacia un pueblo fundado en el cálido consorcio de ambas sangres, ya que México tiene un ancestral prestigio, el español y el indígena, que lo ha llevado a una conciencia de su personalidad, de su nacionalidad, como un águila de dos cabezas, la india y la española; es un mestizaje etéreo que se sublima.
México es español e indio, inseparablemente indio y español, y el que logra encauzar en una sola corriente su sangre será el auténtico mexicano.
(Vea el ensayo completo en... Raíces del militarismo mexicano).