Arropan militares a Calderón en Día de la Bandera JORGE ALEJANDRO MEDELLÍN Ante más de 1,600 soldados de diversas armas y de las principales escuelas de formación de oficiales, el presidente Felipe Calderón aseguró que su gobierno le pondrá "punto final" al crimen organizado. Calderón señaló que el fenómeno de la criminalidad generada por el crimen, que implantado en la vida nacional "al amparo de un largo tiempo de impunidad e incluso de complicidad", acecha a través de la violencia y las aesclavitud de las adicciones a las familias mexicanas. El mandatario sentenció entonces que "en este desafío, la República y su Gobierno han tomado la determinación de poner punto final a esas acciones criminales, hacerles frente y fortalecer la autoridad del Estado, particularmente en aquellas entidades más asoladas por la acción de la criminalidad". Felipe Calderón encabezó el pasado 24 de febrero el 188 aniversario de Día de la Bandera, en una ceremonia inusual que solía llevarse a cabo en el Campo Marte y en la que los oradores eran los secretarios de Gobernación y en alguna ocasión el mandatarió en turno. Esta vez Calderón no sólo pronunció un largo y encendido discurso, sino que además entregó al Coronel de Infantería Efrén Torres Rodríguez, Comandante del 2° Batallón de Fusileros Paracaidistas una nueva bandera y atestiguó la incineración de la anterior, que duró más de 10 años con dicho agrupamiento. Sobre la explanada de la Plaza de la Constitución, cerca de 1,600 militares, entre cadetes del Colegio Militar, de la Escuela Militar de Enfermería y del Colegio del Aire, así como los 626 miembros del 2° Batallón de Fusileros Paracaidistas, ocupaban los lados de un cuadrilatero formado por tribunas desmontables hechas de aluminio, en el que el presidium quedaba frente a la Puerta Mariana de Palacio Nacional y ante la bandera monumental. A la derecha del presidium, en donde Calderón estuvo acompañado por su gabinete legal y ampliado, fue colocado un pebetero blanco sobre un pedestal en color verde olivo. El presidente de México pasó lista y saludó a los militares que le esperaban horas antes de que saliera el sol. Al menos 25 francotiradores -de los cuales 10 estaban apostados en las torres y campanarios de la Catedral Metrpolitana- vigilaron constantemente la plancha del Zócalo con binoculares y apoyados con radios por personal del Estado Mayor Presidencial (EMP). Felipe Calderón tomó la palabra y aseguró que en México se vive en un "marco de unidad y de paz". Indicó que los habitantes de México actual son los del Bicentenario de la Independencia y que a ellos les toca no solo preservar los valores patrios, sino luchar por mantenerlos vivos. Llamó a la unidad y dijo que la actual situación "representa una amenaza a la prosperidad y al nivel de vida de los mexicanos, y ante esos desafíos, mexicanas y mexicanos, debemos mantenernos unidos y conservar nuestra capacidad de acuerdo, entendimiento y cooperación". Luego de terminar su discurso, Calderón recibió la vieja bandera y entregó al coronel Torres la nueva pieza. Dos paracaidistas recibieron la vieja pieza de manos de una oficial del Ejército y la colocarn en el pebetero, en donde ardió entre redobles marciales. La nueva bandera fue llevada por la escolta paracaidista, que se integró al batallón. Luego, casi para finalizar, los 626 elementosdispararon una salva de fusilería para celebrar el Día de la Bandera, en el que la festejada -una pieza monumental de 50 por 28.6 metros y 236 kilos de peso- se quedó atrapada en el abrazo de los cadetes que al soltarla para que ondeara mientras el presidente la izaba, la dejaron enredada. Casi diez minutos después de que el mandatario abandonó a toda prisa el Zócalo, la bandera tricolor superó la pruba y comenzó a desplegarse lenta, bajo el rayo del sol. - Ya para que, decián agunos de los militares mientras subían a los camiones que los habían llevado hasta el corazón de la ciudad. |