jueves, marzo 11, 2010

Columna DE ORDEN SUPERIOR.

Más facultades antinarco al Ejército, ¿más impunidad?
Jorge Alejandro Medellín

March 11, 2010
— 12:00 am
La petición de General Guillermo Galván a los senadores del PRD para que a la brevedad se otorguen a las fuerzas armadas atribuciones y prerrogativas policiacas para investigar en directo a los cárteles de la droga, es un asunto muy grave y por demás delicado.
Grave, porque al menos en estos tres años de segundo gobierno panista han quedado demostradas varias cosas:
–la absoluta obsolescencia e incapacidad de los cuerpos policiacos municipales y estatales para enfrentar al fenómeno de la delincuencia organizada, sobre todo en el norte del país, en donde los cárteles tienen sus dominios, hacen su propia guerra, rebasan a las autoridades de cualquier nivel, cogobiernan en zonas a las que la tropa accede bajo ciertas condiciones e instancias como el IFE, la CONAFOR o el INEGI sencillamente no se atreven a poner un pie.
–la corrupción y penetración del narco en estas estructuras policiacas, lo cual no es reciente y ha permitido durante décadas el crecimiento de un fenómeno el cual el Estado mexicano se empeña en combatir exclusivamente por la vía represiva y policiaco-militar, sin darle el peso que se requiere a otras estrategias no violentas, contenidas en agendas de salud pública, educación, capacitación, asistencia a los adictos, rehabilitación auténtica, seguimiento y reincorporación a la sociedad.
–también ha quedado patente la incapacidad o falta de voluntad y cooperación (por carencia de instrumentos jurídicos ad hoc o por negligencia o por complicidad) para atacar con la misma fuerza el lavado de dinero, piedra angular de la lucha contra el narcotráfico en la que reside la razón de ser del negocio que según Forbes ha encumbrado a Joaquín Guzmán Loera como uno de los más ricos e influyentes del planeta.
–otra de las certezas negativas en torno al fenómeno del narcotráfico y la forma en que el calderonismo pretende atacarlo, reside en su empeño de mantener una estrategia claramente desgastada en la que el manejo correcto y puntual de la inteligencia civil o militar queda rebasado por pugnas entre las diversas instancias encargadas de cumplir con la tarea de preservar la paz y seguridad interior del país; para nadie es un secreto la existencia de pugnas abiertas y agudas entre la Sedena y la SSPF que encabeza Genaro García Luna cuando de establecer pautas de combate y control en la lucha antidroga se trata.
–pero sobre todo, ha quedado más que demostrado el grave papel que en materia de respeto a los derechos humanos tiene el Ejército Mexicano (y ahora la Armada de México) en el marco de la aplicación de operativos contra el narcotráfico.
(LEA MÁS, AQUÍ...)