Los explosivos de Marina… pifia de la SIEDO
Jorge Alejandro Medellín.
June 15, 2010
— 12:00 am
La última semana de febrero de 2009 fue especialmente complicada y vertiginosa, delicada para Luis Cárdenas Palomino, Coordinador de Inteligencia para la Prevención en la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF).
En esos días los servicios de inteligencia israelí (Mossad) y de los Estados Unidos que operan en México se desplazaron por diversos puntos del Distrito Federal, siguiendo dos rutas originales desde Cancún y desde la frontera de México con Guatemala, para dar con el paradero de cuatro hombres procedentes de Europa y Medio Oriente.
Su internamiento a México puso en alerta máxima a diversos grupos de inteligencia, especialmente a los que colaboran con sus pares norteamericanos. Uno de esos grupos -entrenado en Israel y en los Estados Unidos y especializado en la detección y seguimiento de terroristas o enlaces de éstos que sean ubicados como potenciales “visitantes” en tránsito hacia Norteamérica- es el que encabeza Cárdenas Palomino.
Esa fue precisamente la situación que a finales de febrero del año pasado detectaron los agentes estadunidenses que contactaron con la presidencia de la República y luego, por instrucciones del mandatario mexicano, con Genaro García Luna.
De los cuatro sujetos buscados en México por el Mossad y por la CIA, dos habían logrado llegar al Distrito Federal. Uno se manejaba con perfil medio, haciendo contactos y reuniéndose con traficantes de toda clase de objetos en la zona de Polanco.
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