jueves, noviembre 06, 2014

El menor de los daños

En mala hora sus militares regresaron a los abusos y a la consistente violación de los derechos humanos, justo cuando la Sedena buscaba un incremento en el presupuesto que la federación.
1.-La consignación de los militares Alan Fuentes Guadarrama, Julio César Guerrero Cruz, Roberto Acevedo López, Samuel Torres López, Ezequiel Rodríguez Martínez, Fernando Quintero Millán y Leobardo Hernández Leónides como presuntos responsables de la ejecución de al menos ocho de los 22 civiles masacrados el 30 de junio en el poblado de San Pedro Limón, municipio de Tlaltlaya, Estado de México, no significa el final del grave episodio de abuso y ejecución extrajudicial por parte de elementos de las fuerzas armadas mexicanas.
Antes bien, lo sucedido deja en el aire preguntas más inquietantes y dibuja escenarios que colocan al Ejército en un sitio cada vez menos cómodo, muy cerca del día y la hora en que los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, fueron secuestrados por policías municipales ligados al narco.
2.-El General Secretario Salvador Cienfuegos Zepeda sigue empeñado en minimizar a toda costa los daños que el caso Tlatlaya le está ocasionando a la institución armada, sobre todo por el contexto en el que se han dado y por la historia (con H y con h) que envuelve lo sucedido.
En mala hora sus militares regresaron a los abusos y a la consistente violación de los derechos humanos, justo cuando la Sedena buscaba un incremento en el presupuesto que la federación le asignará en el 2015; justo cuando la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) se preparaba para darle luz verde a uno de los proyectos para celebrar su centenario, volando sobre avenida Reforma reproducciones no tripuladas, a escala, de los aviones históricos de la FAM; justo cuando se preparaba el anuncio de una transformación a fondo de las fuerzas armadas con la creación, en el mediano plazo, de un Estado Mayor Conjunto –versión mexicana– y la llegada de un civil al frente de la Sedena.

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